Bienvenido al decimocuarto Qué pasa aquí. En el que te cuento qué pasa aquí y ahora, todos los domingos en mi blog, porque resulta que seguimos en 2009. La gente todavía es feliz y tiene tiempo para leer blogs. Y si no que se jodan.
La preventa la preventa la preventa la preventa la prev
Que sí, que ya sabemos que tienes una preventa de un libro.
Pero, aquí hablo sobre mí y sobre lo que me ha pasado últimamente, así que no queda otra que hablar de eso. Voy a intentar ser ameno y aportar cosas interesantes sobre el tema, porque a lo mejor a alguien le interesa saber un poco del tema.
Por si acaso, pongo en contexto. Yo hace un año publiqué mi primera novela «Yo siempre quise hacer surf» en Amazon. Me acuerdo que me puse a hablar con mi novia dando un paseo y llegamos a la conclusión de que había que cambiar, que se podían hacer mejor las cosas y sobre todo con más cariño. Y así fue. Ahora, un mes después, saco la segunda parte con una preventa (el libro todavía no está, pero como soy pobre, la preventa ayuda a saber cuántas copias se venderán y que el coste inicial no sea tan fuerte).

Voy a ser lo más sincero posible, porque si estás leyendo esto, en un blog, un domingo por la tarde, es que estamos en confianza. No me gusta cuando la gente me pregunta por la cifra exacta de libros vendidos que llevo, nunca hay una buena respuesta (si son pocos soy un fracasado y si son muchos soy un flipado). Lo dejo en que bueno, unos cuantos, que es difícil y eso. Digo que unos cientos, aunque estoy lejos de eso. A lo que íbamos: yo la preventa la esperaba que saliese mal o muy mal. Hay que tener en cuenta que el libro es la segunda parte de otro, y para que eso funcione bien, el otro se ha tenido que vender mucho. Así que como podéis imaginar, mal vamos.
Pero no ha ido fatal. De hecho, está yendo bien, dentro de lo que esperaría. Hay gente que se leyó el primero que se lo ha comprado sin pensárselo mucho (yo creo que eso es buena señal) y algunos se están comprando un pack con la bilogía (los dos libros) cosa que ha sido un acierto. Lo del pack se me ocurrió con Laia y así, si alguien veía la preventa, pero no se había leído el primero, podía comprárselo todo de golpe y más barato (aunque son 30 eurazos, cosa que es difícil hacer que alguien se gaste eso en libros). Y está resultando un poco.
Las cifras son bajas, eso es así. Aunque cada vez que me salta la notificación de que alguien ha hecho una compra me ilusiono, entro a ver quién es, veo que no sé quién es y me alegro. El libro va a llegar a una nueva persona. Quizá luego me obsesiono un poco esperando que llegue la siguiente notificación, pero eso supongo que es normal. Tampoco le doy muchas vueltas.
Luego me gusta pensar cosas para promocionar el libro en redes de forma que no se haga demasiado pesada, porque estoy siendo muy pesado. Y hay que serlo. Si no es que el libro se queda muerto en la web y la gente ni se entera. Lo que estoy intentando es llegar a gente diferente de la que me sigue, pero claro, eso ya es otro reto diferente.
Por el momento he pensado en hacer un directo en Twitch a modo de presentación de la bilogía, porque lo de enviar los libros a alguna librería pinta mal y que me dejen una tarde el espacio, también. Hay que ser realistas y saber lo que se puede y lo que no.
Me gustaría que la semana que viene, al escribir el Qué pasa aquí el domingo, pueda decir que se han vendido unos cuantos libros más. Esa es mi pequeña meta a corto plazo con la preventa, así que os contaré entonces qué tal. De momento: mejor de lo que esperaba.
El otro día escuché un podcast en el que uno de los invitados dijo que seguiría haciendo lo que hace aunque solo le escuchasen diez personas. Esto también se lo he oído a otros famosos. Si me preguntasen a mí, diría que yo seguiría escribiendo aunque solo me leyesen miles de personas, porque a mí ya me leen menos de diez.
Has visto qué despliegue de medios, ya resaltando cosas y todo.
Otras cosas
Hago más cosas aparte de vender libros. De hecho, he empezado a escribir otro. Estoy intentando salirme un poco de lo que suelo hacer y lo que suelo leer, para irme a una cosa extraña en la que cada capítulo quiero que sea una imagen muy clara. Como un cuadro. También quiero que cada capítulo transmita una sensación: incomodidad, curiosidad, agobio, risa, incredulidad… Pues eso, tonterías que hacemos los escritores para que luego nadie se dé cuenta. Mientras quede chulo a mí me vale. Y de momento creo que va bien.
Estoy liado con el último año de universidad y muchas veces no me da el cerebro para escribir, me enfado y me cuesta todavía más. Pero eso no es algo que no le pase a cualquier escritor, el tener que lidiar con la vida normal y escribir. El truco está en escribir todos los días, aunque sea un poco y mal. Yo he tenido que reescribir un capítulo entero dos veces, cosa que no es nada raro. Hubo una vez que reescribí un libro entero, eso sí que me jodió un poco, aunque con un resultado final que fue un «te lo dije» a mí mismo.
¿Qué estoy leyendo?
Estoy con Punki, Una historia de amor de Juarma Santiago. La segunda parte de Al final siempre ganan los monstruos, que igual que el anterior, igual que me río con más de una página, en otras me entran ganas de llorar (y lloro, sí). Pocos libros que consigan eso, quizá porque no estoy acostumbrado a historias así. Lo que sí que está claro es que de Juarma tengo mucho que aprender como escritor.
Resumiendo
No hay que obsesionarse con lo de vender libros, aunque no puedo evitar alegrarme cada vez que alguien me compra uno. Hay que encontrar el equilibrio para disfrutar del proceso y no hundirme si no vendo mucho. Con este post parece que solo piense en eso y no es verdad, es solo que aquí me he centrado en eso. Al final lo importante es escribir y pasarlo bien.
Yo creo que las cosas con cariño salen mejor…
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