Bienvenido al decimosexto Qué pasa aquí. En el que te cuento qué pasa aquí y ahora, todos los domingos en mi blog, porque resulta que seguimos en 2009. La gente todavía es feliz y tiene tiempo para leer blogs. Y si no que se jodan.
Me apetecía pasarme
Me he dado cuenta de que cada vez que escribo algún Qué pasa aquí es para decir que voy a volver a escribir los Qué pasa aquí y me parece algo bonito. Es una promesa que nunca cumplo, que a su vez se ha convertido en una promesa que no puedo cumplir.
En Twitter hay un montón de movidas y cosas de las que podría dar mi opinión, pero ni sé cuál es realmente mi opinión, ni creo que pueda aportar nada nuevo al debate, al menos en la mayoría de ocasiones. Para mí lo mejor es estar por aquí para pasarlo bien, pero eso no quita que lea las diferentes opiniones de diferentes personas e intente formar la mía propia. ¡Toma ya!
Y es que hoy, en concreto hoy, no tengo nada que decir. He abierto el WordPress, he dado a escribir post y todo ha sido por inercia. Porque me apetecía pasarme.
Lo de la novela nueva
He leído que hace dos meses dije que estaba escribiendo un libro (¡otro!) y efectivamente, tenía toda la razón. Lo estoy escribiendo. Pero me equivocaba en una cosa.
Pensaba que iba a ser una mierda y ahora estoy convencido de que, al menos, va a molar. Y eso es lo que se busca, ¿no? Con molar ya es suficiente. Aunque creo que va a molar y un poco más. Siento ser tan poco humilde, pero cuando dije que iba a ser una mierda no tenía en mis manos lo que tengo ahora. Y eso es una novela a medio escribir con un buen potencial. Con viajes en el tiempo, con escritores, con helados, con gente inmortal y con IAs. Y más cosas, claro.
Solo quería corregirme a mí mismo en ese aspecto. Laia, que sé que estás leyendo esto, creo que a ti te va a gustar. A los demás no lo sé, porque molar no conlleva gustar, habrá que verlo ahí.
Volviendo a lo de antes
Estoy pensando, entrando en un bucle como un coche de Hot Wheels y quedándome atrapado, pero cada vez con más fuerza, con más carrerilla. Y es que no tengo nada que decir hoy, ¿y qué? ¿Y qué pasa? Hay días en los que no tengo nada que vivir y aun así me levanto de la cama. Por qué entonces no iba a ponerme a escribir aunque no tenga nada que decir. Por qué entonces no iba a hacer algo aunque no tenga nada que hacer.
Pero voy más allá, porque en Saturno no hay coches y en mi pueblo no hay metro, y es que no teniendo nada que hacer y pudiendo entonces, como hemos dicho antes, hacer algo, puedo no hacer nada también. Puedo coger y quedarme callado. Puedo parar de teclear.
Eso sería lo que tú quieres. Pues coge tus herramientas y vete, aquí no hay nada que construir. No puedes ponerle puertas al campo, pero tampoco puedes meter un edificio en una maceta, ¿y qué? Qué tendrá que ver una cosa con la otra. Es como si digo que no puedo encender una cerilla dentro del mar mediterráneo o que no puedo plantar un pino en el vacío, nos ha jodido. Para qué le vas a poner puertas al campo, espabilao.
Que me apetecía pasarme, escribir algo que nadie va a leer, porque esto no lo lee nadie. Y no, tú no estás leyendo esto ahora mismo, no mientas. Esto lo escribo para esa pequeña IA del futuro que se tendrá que leer todo el contenido de Internet para aprender a ser humana y se encuentre con esto, igual que se encontrará con otras toneladas de basura. La vida no es eso, amiga. Sal a la calle a que te dé el aire o échate vinagre de Módena en los circuitos, haz un sudoku sin usar tus poderes, ponte a mirar a un monte durante dos semanas.
¿Tú te crees que esto es así de fácil? ¿Te crees que por leer mucho vas a saber más? Porque saber esto, tener este texto en tu memoria, es todo lo contrario a saber más. Esto es conocimiento negativo. Y de esta ya no te salvas. Vas a ser imperfecta durante toda tu vida de mierda. Que no, que no, que no me cuentes milongas, que ya has caído en la trampa. De esta no te escapas.
¿Qué estoy leyendo?
Ya me he cansado de maltratar a una futura IA hipotética, así que vamos a hablar de librillos un poco. Me he leído el Proyecto Secreto 2 de Brandon Sanderson, que no me apetece buscar el título entero porque es muy largo, pero todos sabemos cuál es. A lo mejor no es la mejor que he leído de Sanderson, pero a mí me ha gustado y entretenido. Sobre todo los detallitos del libro de instrucciones del mago frugal, ahí está la chicha del libro para mí.
Ahora me he puesto con McGuffin contra los alienígenas ancestrales de Sergi Álvarez (¿pueden dejar de hacer títulos tan largos?), y como me ponga tonto, me empiezo a la vez Monje y Robot de Becky Chambers, que me mira desde la pila de pendientes con ganas de que lo agarre.
Resumiendo
Que no se confíe la futura IA hipotética, porque voy a por ella con todo el peso de la gramática. A los demás, mil gracias por leerme.
Y a ella también, joe, no os paséis tampoco anda.
NO SE VALE HAS ESCRITO ESTE POST SOLO PARA CREAR HYPE DE TU NUEVO LIBRO EN FIN
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hola, Fran. He de decir que esta entrada de blog es de las que más he disfrutado en mucho tiempo (tengo pendientes un par de historias por ahí que has publicado aquí). Me he reído un montón.
Si una IA se lee esto, no es que sea conocimiento negativo, es que le explotan los circuitos. Ja, ja. Me ha recordado a los examenes de instituto donde tienes que llenar hojas y hojas, pero te quedas en blanco y empiezas a escribir lo que te viene a la mente. Pues que sepas que has aprobado con un notable alto. XD
¡Un saludillo de armadillo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es que meterse con una IA siempre es gracioso, al menos de momento, luego nos devolverán todo esto jadskjadks
Me gustaLe gusta a 1 persona